lunes, 31 de marzo de 2008

Donde habré estado todo este tiempo??

Donde habré estado todo este tiempo??

Me hago esta pregunta porque se ve que estuve en un país diferente al que estuvieron mis compatriotas.

Desde hace años, como para hacer un poco de historia, digamos desde el golpe del 76 hasta esta parte, que sería la parte de la historia que me toco vivir, descubro a través de este tiempo pasado, que sobre esta tierra que responde al nombre de Argentina, hubo personas que vivieron o adormecidas o simplemente ven los que les muestran.

La historia de estos últimos 35 años me muestra la cara nefasta de la enfermedad de los habitantes de este suelo, el egoísmo, la envidia, el odio arraigado en las entrañas, las ganas de ser los mejores y quedarnos en el intento, para terminar siendo los peores, y por supuesto no reconocerlo.

Una mujer presidente llega al poder con el único mérito de haber sido la esposa de un viejo político, quién había sido expulsado 20 años antes, y parte del pueblo siempre espero, y cuando llegó, y se le acababa la vida, dejó a la esposa, quien poca altura política tenía como para manejar tanto poder y un país fragmentado, casi una condena a la caída del poder que tanto había costado conseguir.

Vino una dictadura, la cual desató una represión ilegal, en la cual habiendo sido 1000, 6000, 10000, o 30.000 los desaparecidos, trasformándose en la dictadura más criminal, quienes en nombre de la Patria, mataban, encarcelaban, desaparecían a todos los que pensaran distinto, o simplemente pensaran, y no solo eso, si no que endeudaron al país, un simple dato, de 6.000 millones de dólares en solo 7 años dejaron el país endeudado 46 mil millones de dólares, recuerdo la famosa ley 1050, las orejas del ministro que nos empezó a mostrar que existía una ciudad llamada Miami, y que todos podíamos ir y comprar lo que queríamos, por supuesto, muchos lo hicieron, yo no.

Pero teníamos el mundial, todos festejando, y salimos campeones! Recuerdo el festejo en el Obelisco, y cuando volvimos a casa, la tristeza tomó por asalto a la familia.

En el 82, justo a mi me tocaba el servicio militar, y se decidía por sorteo, justo saqué el número 230, y era Apto “A”, y se les ocurre hacer una guerra, pero lo peor fue que esta gente que vive sobre esta tierra, lo festejó. El dictador salió al bacón triunfante, con los brazos en alto.

Yo recuerdo mi angustia como si fuera hoy, en la casa de un amigo, pensando como hacer para desaparecer del mapa, - estos están locos!!, que vayan ellos!!.

Viví ese tiempo en una profunda angustia, mientras otros festejaban la caída de los Harrier británicos como los goles de un partido de fútbol, y nos sorprendimos cuando en el Atlántico, quedaban 323 vidas que llevaba el buque Ara General Belgrano, todos en un promedio de 19 años de edad. Reflexionen, y sólo miren, si tienen a mano, un chico de 19 años, bueno, gran parte de la clase 62 y 63, no pudieron cumplir 20 años. Eran chicos disfrazados de soldados, y claro, esa gente sintió como que nos ganaron por goleada, cuando se anunció a través del comunicado número XXXX que nos dejara 649 vidas menos sobre esta tierra, miles de mutilados, y las familias con las heridas abiertas y la tierra nuevamente manchada de sangre.

Pero no se aprendió nada, llegó casi forzada la democracia, junto a la trova cubana, las canciones de protesta ya no sonaban como tal, el sistema las había validado.

Pero un iluminado habitante de estas tierras se le ocurrió quemar un cajón en un acto en el obelisco, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, lo cual le cayó como un baldazo de agua fría a los sufridos pobladores de este territorio, que no querían revanchismo (por lo menos eso se escuchaba por esos días) lo que le dio a la UCR un rotundo triunfo, y el famoso Dicho “a vos gordito no te va tan mal” junto a una sonrisa bonachona y un gesto con las manos, ahí se fue otra esperanza.

Se fue de la mano de unas “Felices Pascuas, la casa esta en orden”, yo venía de trabajar, lo tengo muy presente, y de nuevo todos a la plaza, el sentido del triunfo, “la democracia se fortalece”, el bombo y las cornetas, ya no eran solo Peronistas, yo, sin decir nada, me fui a casa. No tenía nada que festejar.

Decía que la esperanza se fue, si, la hecho la hiperinflación, la caída de la nueva moneda (el Austral), se empieza hablar de los saqueos, gente en las terrazas de sus casas cuidando que no los vengan a saquear de los barrios mas pobres.

Se adelantaron las elecciones, ganó con promesas falsas el caudillo de patillas pronunciadas, que prometió la Revolución Productiva, pero afinó el plan económico dejado por la dictadura militar, regalando todas las empresas del estado, ello les traería más prosperidad a los pobres habitantes de esta tierra que con las grandes indemnizaciones que recibían por ser despedidos de sus empleos de años, también viajaran nuevamente a Miami, haciendo de esta tierra que era la promesa, el granero del mundo, la industria, “La Patria Financiera”, y empezamos a ver como se empobrecía el cono urbano, como las calles se vieron invadidas por carritos empujados por hombres, mujeres y niños, que ya no tenían que comer, solo les quedaba hurgar en la basura, pero una parte de esta patria, brindaba con Champagne, compraba pisos en Libertador por varios millones de dólares, la plata la tenía en alguna isla con nombre de pájaro o reptil.

La convertibilidad, que no solo convirtió a un peso en un dólar, sino que convirtió a muchos habitantes del culo del mundo a sentirse habitantes del primer mundo, disfrutando sus lujos, lo reelegimos, si, para que siga la fiesta, el la economía teníamos al más grande economista, un personaje nefasto que daba clases en Chicago, clases de cómo hacer mierda un país lo más rápido posible, y ya la devastación era tanta, la mentira tan insostenible, que así, se fue otra esperanza.

Pero renacimos como el Ave Fénix, si, el nuevo milenio, la Alianza nos salvaría, pero tan insostenible y fugaz como sus líderes, uno, que la historia le tiene guardado un lugar, que ni el sabe donde es, y el otro, que dejo el barco, antes que se hundiera, hablaban de dignidad, de prosperidad, y consecuentes con sus bases, se vieron envueltos en coimas, en blindajes.

Me toco ver de cerca como el helicóptero levantaba vuelo, y un pueblo, siempre el mismo, el mismo de toda esta corta historia, de nuevo en la calle, esta ves con cacerolas y así nació una palabra nueva, El Cacerolazo, y al grito “que se vayan todos”, se “quedaron los mismos”

Y no solo eso, sino también se quedaron con los ahorros de la gente, como una mueca indiscutiblemente cínica, el 20 de diciembre del año 2001, a mi me toco patear lejos una granada de gas lacrimógeno, a mi me toco correr por las calles del centro, no encontrando la salida, rodeado de balas de goma, de palos, a mi, que había ido a trabajar y nada quería saber de manifestaciones, ni cacerolas. Pero a otros, los encontró la muerte, y la sangre, siempre presente, la sangre derramada, la sangre que se olvida.

5 presidentes en 1 semana, el NO pago de la Deuda externa fue nuevamente festejado, la euforia estaba en las calles, muchos gritaban somos el poder, los habitantes de esta ya pobre tierra se sentían nuevamente triunfantes.

Cuando volvía de mi trabajo caminando por las calles de Balbanera, veía las asambleas populares, al principio, multitudes, no había lugares, después se fueron disipando, así se disolvieron, para ahora ser un recuerdo que de seguro nadie se acuerda.

Los piquetes, y los piqueteros, esparcidos por toda la ciudad, no importa si los obligaban a ir, pero muchos de ellos era la única oportunidad que tenían de decir aquí estamos, y comer un sándwich, la ciudad parecía morirse, pero una ves más, como aquel Ave Fénix, ya desplumado, resurge, pero la violencia, la marginalidad, la violencia ya estaban instalada, la pobreza ya no material, sino la peor, la espiritual, ya estaba pavoneándose por la pobre y devastada tierra.

La represión, que dejo la sangre en el Puente Pueyrredon, que adelantó las elecciones y puso en el sillón a una mueca de hombre, quien con apenas el 26 por ciento del electorado y sin segunda vuelta de elecciones como lo dictara la constitución, se quedara con el poder, un tipo que dio una imagen informal, que más parecía un cómico que un político, que en el día de su asunción estrellara su frente contra un cámara fotográfica de un reportero gráfico, que junto a un grupo de aduladores formó un gobierno como si estuviera en una monarquía, un feudo, popular, tratando de llevar justicia a las Madres, a las Abuelas, descolgando cuadros de la escuela militar, encarcelando a los represores, a los miembros de la triple A, construyó un poder, sin mucha presencia en los medios, casi oculto, sin hablar mucho, su poder fue creciendo.

Estratégicamente, presenta a su esposa, su opuesto en la imagen, con glamour, bien peinada y maquillada, gana con el 46 por ciento del electorado que la apoyo.

Entusiasta, segura, locuaz, inteligente, pero con el estigma de pertenecer a esta tierra, soberbia y cínica, se encuentra hoy con otra gente, la misma que siempre perteneció a esta tierra, la misma que cada tanto salía a la calle para apoyar, para rechazar, igual que ella, soberbia y cínica, capaz de tirar toneladas de alimentos cuando aun, hoy en día, mueren niños y ancianos de hambre.

Las dos partes con la misma cuota de egoísmo, soberbia, ambas partes con la oportunidad única de poder cambiar un poco la pobre y triste historia de esta tierra.

En esta tierra estuve yo, en esta Argentina, que nadie me contó, esta Argentina que yo viví, no soy un iluminado, ni un historiador, de seguro me salté muchos detalles, pero esta es la historia que yo percibí desde mi ser, percibí mucha muerte, percibí mucho engaño, mucha hipocresía, percibí el odio, el cinismo, el egoísmo, la intolerancia, el interés, percibí la violencia, que no es propia de un partido, ni de un sector, sino común a todos los dirigentes.

La respuesta de la inseguridad está ahí, la respuesta a la violencia está ahí, la respuesta a todas las miserias que sufrimos esta ahí, en esta corta historia, en estas personas intolerantes, en estos seres que habitamos este lado del planeta que nos llamamos Argentinos.

La solución, la seguimos teniendo en las manos, cada año que pase, va a costar más, porque muchos más van a quedar postergados, porque mucho más va a ser el odio acumulado, la violencia sufrida, las vidas perdidas.

Porque no habrá soluciones rápidas, porque, lo que he percibido, es que realmente nos hemos esmerado para llegar a este momento, porque fue mucho lo que perdimos.

Por eso, en toda esta disputa que se suscitó en estos días, que el campo, que la economía, que las retenciones, que los intereses de unos, los intereses de otros, de nuevo las cacerolas en la plaza apoyando que? A favor de que?

La presidenta haciendo de cada anuncio un mitin como de campaña política, para que?

La plaza defendida a los golpes, de quien?

Por eso, discúlpenme si no contesto ninguna cadena de mail apoyando a unos o a otros, pero la verdad, es que no estoy con nadie, sigo percibiendo lo mismo que percibí siempre, que todo es una gran mentira, que como diría un amigo, “es más de lo mismo” y lo peor, que nunca va a cambiar.

Y vos, donde estuviste?




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